Día de paz cuando por fin tomamos las mochilas y nos vamos.
Cuando el cerebro respira porque mira pero no está pensando en lo que ve,
solo disfruta.
Cuando 5 minutos son una eternidad que pasan escuchando un pájaro hablar con otro, o mirando como con lupa una hormiga trabajar.
Cuando se respira otro aroma al habitual, y se siente fresco y limpio,
cuando no HAY que hacer nada pero sí hay cosas simples para hacer.
Porque queremos.
Porque queremos.