miércoles, 28 de junio de 2017

Si en la vida tuviésemos que elegir











Si en la vida tuviésemos que elegir una sola cosa entre muchas, reconocer una filosofía entre todas, creer en un solo dios, optar por un solo lugar, ajustarnos a una sola verdad, acompañarnos de un solo círculo, cultivar un único don, mantener un mismo estilo, en fin, elegir un camino construido sólidamente en base a unidades, entonces nuestro ser dejaría de reconocer lo que quiere y pasaría a entender su vida como lo es y simplemente como lo es. 

Dejaríamos, pues, de dudar, porque la elección habría sido obligatoria pero habría sido propia. Dejaríamos de cuestionar, y tal vez algunos valorarían lo que tendrían. Serían estos los sabios o los más lejos de la verdad? 

Hoy de alguna forma existe esto, a mucha distancia de un simple análisis pero ahí está, el seguir un camino sin cuestionar, yendo cada día de la mano de una propia o ajena verdad, mirando el único camino sin ganas o ánimos de levantar la cabeza a un lado. 

Pero por suerte, a mi parecer, existe la oportunidad de elegir, porque el mundo es grande y la naturaleza mucho más sabia de lo que sabemos, y si el camino por delante nos gusta pero no nos termina de convencer, siempre están los paralelos y los cruzados y siempre siempre se puede caminar de espaldas o de costado, con o sin mapas en la mano. 


Y sigo sin entender quién es más sabio, si quien logra encontrar la felicidad en la ignorancia o quien la busca frenéticamente e infinitamente en cada camino que intuitivamente le llama la atención.

2 de Noviembre I 2016 - Yendo de Port a Noosa

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