Son las 9.30 de la mañana y estoy sentada en la galería de la casa tomando un té. Hace un frío seco al que no me costó acostumbrarme, viene sin alergias ni resfríos. Georgie, la beba que estoy cuidando hace tres días duerme y la mamá Sara salió a trabajar. Kevin, el papá, siempre se va temprano porque trabaja en el campo con la ayuda de otros sudamericanos. Son jóvenes y muy genios, Sara es media baja de pelo oscuro y ojos claros, es tasadora de casas y también hizo agricultura. Kevin es altísimo, creo que llega a ser del doble de mi altura, ahora trabaja en el campo pero fue un jugador de rugby muy bueno de acá, hasta jugó para los All Blacks.
Ayer hubo una "fiesta" o cena que hacen todos los años para empezar el trabajo en el campo, ahí conocí al resto de los latinos.
Georgie llora, ahora vengo.
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